Banksy acaba de dejar por primera vez su impronta en una escuela de su ciudad natal, Bristol. Aprovechando la pausa escolar, el artista escurridizo se coló en el patio y dibujó en una pared blanca de madera el típico monigote infantil, haciendo rodar un neumático en llamas entre una casa y una flor.
"Siempre es más fácil pedir perdón que pedir permiso", se excusa Banksy en una carta a mano dirigida a la dirección del centro, en la que da libertad para suprimir su obra o añadir todo lo que quieran sobre ella.
lunes, 6 de junio de 2016
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